Mi nombre es Paula, soy una Argentina que viví en España con mi pareja y mi perrita, hasta que llego nuestro pequeño y volvimos a nuestra tierra natal, para que se críe con abuelos, familia y amigos.

Como muchos de los que emigran, pasé momentos muy difíciles. Pero por sobre todo, estar “lejos” me ayudó a darme cuenta de toda la carga que traía en mis hombros, de todas esas ideas autoimpuestas, de todo aquello que me hacía mal y lo tenía adherido a mi alma sin poder dejarlo ir. Tuve que aprender a soltar, desprenderme, desarraigar costumbres y sobre todo afectos. Aprendí a despojarme de juicios propios y ajenos, desarrollé la capacidad de confiar en mi reinvención y en mi nuevo camino.

Solté amarras para aprender que la libertad está sólo limitada por nuestra mente. Aprendí a amarme y ¡acepté mi cabello rizado!

Sin duda conectar con mi respiración, meditar, bailar mis emociones y practicar yoga fueron y son las mejores herramienta que encontré para hacer todo esto posible.